Blog de Manuel Saravia

22 traidores (y tres más en Murcia, se llamen como se llamen)

En la bonita historia de la traición se puede encontrar de todo. 1. Efialtes de Tesalia, el pastor que traiciona a los espartanos en la batalla de las Termópilas (de los 300 sobrevivieron dos). 2. Coriolano, quien por habérsele negado la dignidad consular se pasa al enemigo. 3. Farnaces II del Ponto, que obligó a su padre a suicidarse. 4. Bruto el Joven, un idealista republicano que asesina al amigo que confía en él. 5. Judas Iscariote, que al parecer tenía el diablo dentro. 6. El falso Loki, que aconseja disparar la rama de muérdago y se adhiere a los enemigos. 7. Rui Velázquez, que hace matar a los sobrinos de su mujer en Los siete infantes de Lara. 8. Lorenzaccio, que finge una actitud democrática para ser duque. 9. Bellido Dolfos, que en Las mocedades del Cid se convierte en figura del destino vengador. 10. El siniestro Yago, que en el Otelo de Shakespeare actúa por envidia. 11. Narcisse, delator y falso consejero, en el drama Britannicus de Racine. 12. Gottsched, un pérfido consejero de príncipes, que precipita una catástrofe política. 13. El conde Normann, que se alía con el obispo enemigo. 14. El perverso Henley, que en el drama Der Freygeist lleva a su amigo al asesinato y al suicidio. 15. Rashley, que delata, por egoísmo, a sus correligionarios (en la novela Rob Roy de Walter Scott). 16. Enrique IV de Francia, convirtiéndose al catolicismo o protestantismo según conviniese (como Tony Blair). 17. Benedict Arnold, conspirando contra sus propios hombres. 18. Olaus Petri, que actúa en connivencia secreta con los anabaptistas hasta que, a la vista del patíbulo, reniega de ellos. 19. Antonio López de Santa Anna (la persona con el nombre más largo del mundo: Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón), de quien se dice que perdió la guerra contra Estados Unidos a propósito, por un puñado de dólares. 20. Creveaux (en el drama de Zuckmayer), que delata a las SS a un grupo de guerrilleros de la resistencia. 21. Zienhammer, que por su indecisión se hace traidor a sus compañeros, en la novela de Doderer. 22. Samir Horn, un infliltrado de la CIA (en la película Traidor, 2008).

A este entrañable elenco de traidores que han dejado una profunda huella en la historia (política, económica, cultural) hemos de sumar ahora a tres simpáticos diputados murcianos (Isabel Franco, que estaba incómoda en Ciudadanos, pobrecilla; Valle Miguélez y Francisco Álvarez). Me temo que de ellos, estoy por asegurarlo, no quedará nada. Ni siquiera la ramplona historia de su traición. No será, con no ser nada, ni siquiera lo que fue con Tamayo, que nos entregó (él, no la segunda traidora, de la que no podemos recordar ni su nombre) la bonita expresión del “tamayazo”. Nada quedará de ellos en la gentil historia de la infamia. Probablemente tan solo el aroma de su comportamiento. Llamémosle hedor. Enhorabuena, jóvenes. Lo habéis hecho muy bien. Muchas gracias.

(Imagen procedente de meencantamurcia.es)

 


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