Blog de Manuel Saravia

Actuaciones municipales típicas en materia social

Un conjunto de soluciones reiteradas

Conviene recordar que muchos de los asuntos sociales están repartidos entre diversas administraciones (del estado, autonómicas, locales). Pero en lo que se refiere al ámbito municipal, es más que frecuente que las actuaciones giren en torno a tres grupos de propuestas tipo. El primero se dirige a proponer apoyos específicos en vivienda, empleo, formación y transporte. El segundo grupo a promover actuaciones culturales y urbanísticas, y dotar de personal especializado. Un tercer grupo de propuestas se refiere a crear o aumentar otro tipo de recursos: los organizativos y de gestión, así como la construcción (o mejora) de espacios, centros o equipamientos en que se concentren algunas de las propuestas y se lleve a cabo un buen número de las acciones planteadas. Pero veamos cómo se reparten estos asuntos en cada tema, y qué es lo que proponen los distintos grupos sociales y políticos.

Porque lo cierto es que al repasar los programas de unos y otros se podría hacer un cuadro de doble entrada en el que se dispusiesen en un eje los temas y en otro los tipos de propuesta. Comprobaríamos que la mayoría (si no el total) de las actuaciones propuestas entrarían en el cuadro. Y además (esto también es importante), en muchos casos con lo que se propone no se haría otra cosa que cumplir lo que la ley exige: no es poco, desde luego, pero quizá tampoco sean propuestas demasiado creativas. Veamos.

El primero, decíamos, se refiere a proponer apoyos específicos en vivienda, empleo, formación y transporte. Apoyo en vivienda, con diversas fórmulas. Pueden ser simples “reservas de viviendas en alquiler”, favorecer hipotecas, apoyos a cooperativas, oficinas de asesoramiento, pisos compartidos, o incluso medidas indirectas, como el fomento de la rehabilitación de determinadas áreas. Pero también casas de acogida o alojamientos temporales, pasando por pisos tutelados, residencias o centros. En lo que se refiere al apoyo al empleo hay programas de autoempleo, equipos multiprofesionales (Estrella-Mitras), incentivos a empresas que contraten colectivos en desventaja o a empresas de “interés social”, el proyecto CREA, o incluso regulación de la venta ambulante. Pero también créditos para la formación de empresas, beneficios fiscales, reservas de suelo, promoción de una red de comercio justo, etc. Y en materia de transportes, desde las propuestas de gratuidad a ciertos colectivos, mejoras de las condiciones del bono-bus, ampliación de horarios o recorridos, etc.

El segundo grupo, como decíamos, se dirige a promover actuaciones culturales y urbanísticas, y dotar de personal especializado. Se plantea, desde los distintos partidos, actuar en el conjunto de la sociedad, incrementando en primer lugar la concienciación o desarrollando acciones de tipo cultural o afectivo (muy variados). Aquí entra desde el libre acceso a los museos hasta el programa Vallanoche; el club “la edad de oro”, campañas contra el alcoholismo o de sensibilización respecto a las minorías étnicas. Buena parte de las medidas tienen que ver con el urbanismo: recorridos seguros para escolares, urbanismo de género, bancos para mayores, planes de accesibilidad, etc. Actuar también, decíamos, en el propio colectivo, mediante el trabajo de agentes especializados: agentes por la igualdad, mediadores para los inmigrantes, especialistas en solución de conflictos, policías especializados (“menudeo de drogas”), etc. Aquí juega un papel importante el voluntariado. Y también habría de considerarse dentro de este campo las numerosas propuestas relacionadas con el fomento del asociacionismo y la participación.

En el tercer grupo (temas organizativos y de gestión, así como la construcción o mejora de espacios, centros o equipamientos) se concentran muchas propuestas. Son numerosísimos los nuevos centros, instalaciones, edificios, etc., que se plantean. Escuelas infantiles, por supuesto. Comedores escolares, centros de atención a muy diversos grupos, escuelas de música, naves nido, espacios de creación, campos de trabajo, albergues, talleres, aulas, pistas, centros de día y centros de noche, residencias o casas de la mujer. Y también ampliación de los existentes, ampliación de instalaciones, de horarios, de funciones, etc. En ocasiones (menos de lo esperado, la verdad) se plantea la creación de nuevos “espacios virtuales” (páginas web específicas), o la creación de instituciones de estudios (con frecuencia denominados “observatorios” de esto o aquello).

Pero dentro de la organización de tareas hemos de hablar de las propuestas de creación de “consejos municipales” de uno u otro tema, de ampliar los existentes, de nuevas concejalías, reactivar algunas instituciones antiguas, crear fundaciones o abrir las instituciones actuales a la participación. Pero la estrella, sin duda, es la propuesta de elaboración de planes (a veces reglamentos, protocolos, etc., pero casi siempre, en lugar clave, planes). Los hay de todo: de “mejora de la atención a los problemas de la infancia” a planes de juventud; de personas mayores o de violencia de género, de actuaciones integrales o de inclusión. Es cierto que muchos de ellos vienen reclamados por las nuevas leyes sectoriales (también algunos de los centros son obligados), pero en general la impresión es de sobreplanificación. Porque en realidad no suele cuantificarse el coste de lo que se propone. Y así, siendo gratis, no hay problema. Tampoco se suelen establecer prioridades. Hay declaraciones generales del planteamiento social que enfocan el conjunto adecuadamente (en el caso de IU, el capítulo denominado “ Servicios públicos para las personas”), pero convendría, en mi opinión, ser aún más selectivo.

(Imagen procedente de www.nodo50.org/rashmadrid)


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