Blog de Manuel Saravia

Día a día

De Canterbury a Valladolid

Cuando “las suaves lluvias de abril hayan penetrado hasta lo más profundo de la sequía de marzo y empapado todos los vasos con humedad suficiente como para engendrar la flor”, en ese momento se puede discutir de todo. Así empiezan, en efecto, los Cuentos de Canterbury, escritos por Chaucer en[…]

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En aquella mesa

Hoy vamos a empezar por la música. Ya está. Oigamos a Zélia Duncan, con Nilze Carvalho y Hamilton de Holanda, en esta preciosa canción: Naquela mesa.*¿No es buenísima? Pero es que, además, está dedicada ¡a una mesa! El tema, al parecer, es bastante viejo. De 1972. Lo cantó entonces Nelson[…]

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A las trincheras

¿Por qué no seguimos un poco más con Borges? Y con esta frase suya que es antológica: “Le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir”. Qué pesados somos, la verdad. Nada parece nunca favorable. Los felices 20 (la Belle Époque, los Años Locos, el jazz) se[…]

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No seamos Borges

Como sabemos, hay muy distintas formas de adquirir los conocimientos necesarios para actuar sobre las cosas. La experiencia, por ejemplo (antes muy valorada, hoy bastante poco). Las comparaciones con situaciones similares de otras épocas y lugares. El conocimiento poético (si hay “cinco formas de decir manzana” será por algo). Las[…]

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A vueltas con la justicia poética

Si no me equivoco, hay al menos tres formas distintas de entender la justicia poética. Según he leído, esa expresión, justicia poética, la acuñó Thomas Rymer en 1678. Venía a decir que las obras literarias debían acabar bien, de manera que el crimen no quedase nunca impune y el bien[…]

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Esclavitud y fronteras

Cuando se eliminen las fronteras (llegará el día, nadie lo dude), veremos (o verán nuestros hijos, o nuestros nietos, o los nietos de nuestros nietos; pero se verá) los episodios de las pateras del Mediterráneo o el humillante e ignominioso muro de Trump (dos caras de idéntica infamia) con la[…]

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Nada es imposible

Recuerdo vivamente la primera vez que subí a un avión. Madrid-Barcelona. Y recuerdo perfectamente, como si fuera ahora mismo, el momento del despegue. Solo pude pensar: imposible. Es imposible. Absolutamente imposible. Y sin embargo… subió, y subió, y subió. Nada hay imposible, amigo. Cada vez que despega un avión lo[…]

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Acuarela de Valladolid

Aunque pongo una de ellas en el encabezamiento de este post, no quiero ahora referirme a las acuarelas que se realizan en el concurso de pintura rápida de San Pedro Regalado (las hay preciosas). Sino rememorar la conocidísima canción del locutor deportivo Ary Barroso titulada “Aquarela do Brasil”. Que la[…]

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Tres barcos

Uno: el que describe Manuel Vicent en El País (septiembre de 2017). “No hay barco más seguro que el primer barco de papel que fabricamos cuando éramos niños con una hoja del cuaderno escolar donde habíamos escrito nuestros sueños más puros”. Y concluye: Aquel velero de papel “hoy puede convertirse[…]

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Entrar en el mar

Las ciudades, como los árboles y las serpientes, nacen del suelo. Y como los árboles y las serpientes, no pueden cerrar los ojos ni siquiera cuando duermen. Pobres. Esa expresión, “las ciudades nacen del suelo”, la dijo Eliseo Reclus, sobre quien se acaba de publicar un curiosísimo libro que explica[…]

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