Blog de Manuel Saravia

Domingos

Todos muy guapos

Sí. Esta vez digo todos, y no todos y todas. Porque me voy a referir a los chicos. A los candidatos. Que hoy, en Valladolid, vestían muy guapos. Óscar Puente, Pedro Sánchez y Luis Tudanca optaron por un terno de vaqueros, americana (o cazadora, en el caso de Tudanca) y[…]

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pluma.ensayo.quedé

Primero fue Dios (con Adán); luego Linneo; y finalmente los alcaldes. Poniendo nombres sin parar. Los últimos suelen dar por bien nombrados animales y plantas. Se centran, por tanto, en calles y edificios, que titulan sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo. Lo cual no es asunto menor, como[…]

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Insomnio

Por distintas razones, muchos duermen mal (una persona de cada tres, se dice). También les pasa a algunos perros y gatos, cuando son mayores (hasta en eso nos acompañan). No sé. Lidia Caro cita a varios autores que forman parte del club de los insomnes, cada uno con su historia.[…]

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El buen cansancio

Hará diez años, más o menos, cuando circuló entre nosotros (en el Grupo Municipal de Izquierda Unida, con María Sánchez y Alberto Bustos) el librito de Peter Handke titulado Ensayos sobre el cansancio (Alianza, 2006). Recuerdo que nos gustó. Mucho, incluso. Porque nos decía que había un cansancio bueno, en[…]

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Lunes por la mañana

Hace algunas semanas un buen amigo (realmente bueno, está claro) me regaló un curiosísimo libro, titulado Manual de remedios literarios. Está escrito por Ella Berthoud y Susan Elderkin, editado por Siruela (en 2018), y es una maravilla. Se dedican, estas dos licenciadas en literatura por Cambridge, a prescribir lecturas para[…]

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Un horizonte querible y deseable

“En una comunidad de cuidados y bienes comunes tiene que haber un mañana; el futuro ha de construirse como un horizonte querible y deseable”. Nos lo dice María Eugenia Rodríguez Palop en uno de los dos prólogos del libro de Unai Sordo, Los sindicatos y el nuevo contrato social (Madrid,[…]

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Tatuar una S y un clavo en cada mejilla

“Los esclavos que llegaban por vía marítima en las naves portuguesas traían marcas e hierros puestos por los mercaderes para que no pudieran escapar. Solían echarles argollas en los pies, en el cuello y en los brazos y los señalaban con marcas y pinturas. En ambos carrillos les ponían una S[…]

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Sobre la tristeza antigua y la esperanza

En el diario de Manuel Azaña (1931-1939, titulado Paseos por mi jaula, editado por Árdora Eds. y presentado en el Círculo de Recreo hace unos días) puede leerse en la entrada del 12 de febrero de 1932 (aparte de otros comentarios y algunas consideraciones durísimas sobre otros políticos: qué burro[…]

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Guarda tu guitarra en un lugar oscuro

Lo recomendaba el Captain Beefheart: “Cuando no estés tocando la guitarra, cúbrela y guárdala en un sitio oscuro. Si no la tocas durante más de un día, asegúrate de dejarle un cuenco con agua”. Vayamos por partes. El sitio oscuro. La sombra. “Nuestros antepasados, que poetizaban todo”, lo tenían claro.[…]

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