En el Pleno municipal celebrado ayer, martes 5 de julio, se aprobó la propuesta de resolución presentada por los grupos municipales de VTLP y Socialista. Y entre los acuerdos figuraba uno final, en el que se decía lo siguiente: “Acuerdo dirigido a consolidar derechos conseguidos: Desarrollar cuantas acciones puedan llevarse a cabo por el Ayuntamiento para consolidar derechos. Tanto los que se refieren a la igualdad como a la infancia, juventud, participación, educación, cultura, vivienda, medio ambiente, etc., actualmente cuestionados o directamente atacados desde otras instituciones”. Además de los grupos proponentes lo apoyó Ciudadanos, mientras que el PP se abstuvo (o dicho de otra forma: no lo apoyó). Vaya.
Lo cierto es que desde hace algunos años el ataque a los derechos (a todos, no le demos vueltas) son continuos. Por supuesto, a la igualdad, con la agresiva negación (por ejemplo, pues hay muchísimos asuntos), de la violencia de género. A la infancia, oponiéndose al proyecto de ley orgánica de protección integral a la infancia: “Dejen de mecer las cunas de niños que no les pertenecen”. U oponiéndose a los talleres municipales por “adoctrinamiento” (se dice que se enseñan posturas sexuales, al parecer). Criticando las campañas del Consejo de la Juventud por verlas como “ideología de género”. Se oponen a la participación: “Es un postureo”. Y se denuncia la celebración de asambleas informativas sobre los Presupuestos Participativos. Se ataca el derecho a la seguridad, habiendo quien propone legalizar que los ciudadanos dispongan de armas “para autodefensa”. Sobre el derecho a la educación, defendiendo “el derecho de los padres a elegir la educación religiosa, ética y moral que deben recibir los niños” (y las niñas, se supone). Enfrentados por el derecho a la cultura: La “batalla cultural”, al rojo vivo. Contra “el reino del relativismo”. Defendiendo el negacionismo. “Una disputa de magnitud por los elementos de una cultura: las costumbres, las tradiciones, las creencias, las normas, los valores, las historia, los modos del lenguaje…” Respecto al derecho a la vivienda se valora así el proyecto de ley en tramitación: “un proyecto bolivariano”. En efecto: “PP, Cs y Vox en Madrid afirman que la Ley de Vivienda está sacada del Manifiesto Comunista”. ¿Y qué decir del derecho al medio ambiente? “Abandonemos las políticas contra el cambio climático y el Acuerdo de París”.
No se salva ni uno. De hecho la crítica parece ampliarse al concepto mismo de los derechos humanos. Los que se tienen (se supone) únicamente por haber nacido. Y así estamos: unos atacando directamente, sin matices. Otros intentando no molestar a los anteriores. Fíjense: al plantear la propuesta de resolución nos encontramos con una enmienda por el PP que en este punto formulaba dos cambios al texto de VTLP-PSOE, reproducido más arriba. Por el primero se pretendía que el compromiso de llevar a cabo acciones en defensa de los derechos no le correspondiese “al Ayuntamiento”, sino únicamente “al equipo de gobierno”. Raro, ¿no? Es decir: que los grupos de la oposición no debían verse concernidos por ese esfuerzo. Pero el segundo cambio que proponía el PP era aún más significativo. Pues se trataba de eliminar esta frase: “Actualmente cuestionados o directamente atacados desde otras instituciones”. ¿Cuál era el problema? Lo cierto es que al no aceptarse ambos cambios el PP se negó a apoyar la propuesta. Así estamos. No nos engañemos.
(Imagen: una proyección del ciclo de Cine y Derechos Humanos. Procedente de ultimocero.com).