Blog de Manuel Saravia

Un día en la vida

Con un puñado de noticias, pensamientos sueltos o recuerdos deshilvanados, los Beatles compusieron una de sus mejores canciones. Podríamos intentar algo parecido ahora, nuevamente, aunque con otro grupo de referencias. Por supuesto, me refiero únicamente a la letra. Vamos allá. Un suceso trágico: “Muere un joven de 32 años en el incendio de su vivienda en Cartagena tras salvar a su sobrina”. Obras públicas: “Anatomía de un bache: ¿por qué hay tantos en las carreteras?” (tantos, podría decirse, que llenarían el Congreso de los Diputados). Películas de guerra: “Una película ucraniana predijo la invasión rusa hace tres años” (con imágenes “de una belleza agonizante”). Ahora un tuit de Hulk Hoygan: “- Ha cometido usted un crimen, matemático. – Lo asumo. – Pues lo arresto”. Giorgia Meloni en Marbella: “Sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista”. Yolanda Díaz, hace una semana, “aboga por subir el SMI por encima del 60 % del salario medio”. Y aquí, ahora mismo: “Un pregón cargado de humor pucelano da comienzo a las fiestas”.

Fenomenal. Por ahí va parte de la letra. Tras el caótico crescendo de la orquesta en medio de la canción suena un despertador. Y continúa de nuevo la letra, más o menos así. Me desperté y caí de la cama. Me peiné como pude. Salí corriendo al bus. Miré la pantalla y vi que llegaría tarde. Pero entonces… alguien habló y volví a recuperar el sueño. Supongo que hasta que sonó el despertador de nuevo o vino mi madre a despertarme. No sé. Ya digo: más o menos. Y así se llega a la frase crítica, que valió la censura de la BBC: “Me encantaría excitarte” (supuesta referencia a las drogas, qué cosas pasaban).

Pero me gustaría detenerme en el final, otra vez con el caos último de la orquesta. Pues al parecer Lennon había indicado, para construir ese enlace entre la primera parte de la canción (las noticias) y la segunda (los recuerdos de infancia), como también la música que nos llevase hasta el final del tema, que la orquesta debía sonar “como si llegase el fin del mundo”. No dijo más. Arreglaos como podáis. Y lo hicieron bien. Pues, efectivamente, así suena. Era 1967. Guerra fría, pero optimismo. Pero lo cierto es que el mundo de noticias que nos rodea hoy mismo (y que consigue malear incluso las mejores imágenes del pasado), parece anunciarnos cada día que el fin del mundo está ahí mismo. No sé. Puede ser. Quizá. Pero por ahora, no estaría mal fijarnos también en lo que nos sugiere Nuria Labari: “Septiembre de 2022: qué ganas de volver”. Donde nos dice: «La pregunta es: ¿de verdad nuestra forma de mirar al futuro va a consistir en imaginar finales en vez de proponer principios? De momento, yo me atrevo a confesar que tengo ganas de este septiembre».

(Imagen: la orquesta, con narices de payaso, en la grabación de A day in the life. Procedente de www.youtube.com).


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