Blog de Manuel Saravia

El ático de la casa del alcalde

La suplantación de firma obliga a esta entrada.

Me comentaron mi supuesto comentario, y no entendía nada. Finalmente pude comprobar que en la web de El Norte de Castilla figuraba, desde las 8,46 h. de la mañana, un comentario de un tal “Manolo Saravia” que desde luego no era yo: sé lo que escribo, dónde lo hago y cuándo lo publico. Pero veamos la noticia y esas primeras opiniones.

La noticia da cuenta de un auto (28 de julio) del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ) por el que concede al Ayuntamiento de Valladolid tres meses para que derribe los áticos de la casa de Caja Duero en la Plaza de Zorrilla (esquina a Santiago), y cumpla así la sentencia dictada hace más de dos años. El origen del asunto está en la denuncia que efectuó la Federación de Asociaciones de Vecinos Antonio Machado en 2002, por haberse edificado, al remodelar el edificio, más volumen del permitido, que por lo tanto habría de demolerse. Se falló a favor de la Federación. Pero el Ayuntamiento, sin embargo, presentó en 2009 un proyecto “redactado por un arquitecto municipal” para legalizar las obras realizadas años atrás y consideradas ilegales por el TSJ. En el citado auto judicial, el TSJ “insinúa que la iniciativa municipal que ha llevado el Ayuntamiento pudiera pretender `eludir el cumplimiento´ de la sentencia del año 2008”, tal como se dice literalmente en la información de El Norte.

Al leer la noticia en el periódico me llamó la atención que en ningún momento se dijese que en ese mismo edificio es donde reside el Alcalde de Valladolid, desde su remodelación. Comprenderán que no es algo anecdótico. De hecho, el primer comentario que se hace a la noticia en la web de El Norte, y que lo firma “EN fin”, alude precisamente a esa circunstancia: “Si es que los de la asociación de vecinos qué gente hay que ver eh, ay ay ay, cómo son oye… se meten en todo, mira que hacerle derribar el ático al alcalde, no tendrán vergüenza (modo irónico o `modo vallisoletano de nivel medio´)”. Y el segundo comentario es el supuestamente mío. Y supuestamente digo: “Paco, a ver si nos enteramos un poquito mejor, la casa del Alcalde en ese edificio no está en el Ático, está más abajo. No es necesario incurrir en insinuaciones injuriosas para criticar un hecho que a todas luces es lamentable”. 

Pues bien: no sé quién es Paco, no sé en qué piso vive el Alcalde y tampoco sé a qué “insinuaciones injuriosas” se refiere el tal Paco. De manera que, cuando lo he leído, al final de la tarde, he dejado el siguiente comentario (eso sí: a las 20,08 h.), firmado con mi nombre completo: “Acabo de comprobar que han escrito un comentario con mi nombre. (Quizá sea otro `Manolo Saravia´, y en ese caso no digo nada. Aunque me extraña. Supongo que le conocería). En fin: sin entrar en el contenido del comentario, no me parece buena idea firmar por otros. Es mejor que cada uno se haga responsable de lo que dice”. La verdad es que es una faena. No sé por qué lo ha hecho quien lo ha hecho (un poco miserable sí que es, por cierto), pero realmente es una faena. (Una cosa más, para acabar. En mi opinión no hay que comentar mucho de esta noticia: se comenta sola).

(La foto corresponde a la noticia de El Norte de Castilla. El autor es Ricardo Suárez).


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