Blog de Manuel Saravia

Hoy, huelga

La cuestión no radica ya en las razones de la huelga, sino en la gestión de sus consecuencias. Sean finalmente las cifras que sean, lo cierto es que ha habido huelga. A pesar de tantos esfuerzos por desactivarla (amenazas de despido incluidas), minimizarla (algunos servicios mínimos), desacreditarla (hay que ver cómo son los sindicatos), ha habido huelga. Y la ha habido a pesar del “no va a servir para nada”, que también hemos oído. Porque no sólo va a servir, sino que ya ha servido.

Ha servido precisamente para entender mejor la economía del país. Hoy poca gente no ha oído hablar de la deuda externa, de la cifra del desempleo (19% de la población activa) o de quienes tienen miedo a perder su trabajo (el 46%). De que los costes laborales aumentaron (1995-2005) en España cinco veces menos que la media de la UE-15, en tanto que las empresas vieron aumentar sus beneficios netos un 73% (más del doble de la media de la UE-15). Que las empresas bancarias fueron las que más incrementaron sus ingresos mientras cerraban el acceso al crédito a la mayoría. Ha servido la huelga para que tomásemos conciencia de la enorme polarización de las rentas (Vicenç Navarro) que ha habido en España en los últimos años. Y ha servido para que mucha gente, en consecuencia, haya comprobado la dependencia y sumisión ante la prensa internacional (Elena Salgado en Financial Times) o la banca estadounidense (Zapatero en Wall Street). Entre tanto, el gobierno no ha sido capaz de ofrecer una explicación mínimamente satisfactoria de las cifras que se han puesto en evidencia.

Ha servido para despertarnos de la borrachera narcotizante de los últimos años. Ahora vemos con mucha mayor claridad lo que ha habido y lo que se pretende hacer. Y siento decirlo, pero ha servido también para valorar la actitud del PSOE. Hasta dónde están dispuestos a tragar sus dirigentes y sus militantes. Aunque en privado muchos (muchísimos) se hacen de cruces, en público han sido contados (contadísimos) los que han presentado algún signo de protesta ante las políticas antisociales de los últimos meses. Y ha servido para reforzar el sentimiento de unidad de los trabajadores. ¿A quién le parece poco?  

(Imagen: Comercios cerrados en la Gran Vía de Madrid. Foto de Claudio Alvarez publicada en elpais.com).


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