Blog de Manuel Saravia

Javier Pajín y Leire León

Uno de los principios fundamentales que deben acatar quienes se dedican a la política es el de intentar ponerse, una y otra vez, en el lugar del otro (de los otros, de las otras, de cualquiera que no seas tú mismo). Javier León dijo de Leire Pajín: “Cada vez que le veo la cara y esos morritos pienso lo mismo, pero no lo voy a contar aquí”. Con esa declaración, además de no respetar su cargo ni a la ciudad que representa (¿no era consciente de que ostentaba la representación de Valladolid?, ¿no se dio cuenta de que hablaba como alcalde, no vio que había micrófonos?), ha demostrado una vez más que le cuesta ponerse en el lugar de los demás. O dicho de otra forma: gobierna para sí mismo.

¿Le parece normal, razonable o decente, que se hagan comentarios como los que él ha hecho sobre Leire Pajín (me refiero al primer comentario y también a la alucinante rectificación de los dibujos animados)? ¿Qué pretendía? ¿Considera que valía para algo semejante confesión? ¿Beneficiaba a alguien, aclaraba alguna cuestión, ofrecía información, aportaba un nuevo punto de vista sobre algún tema de interés? ¿Por qué hizo esas declaraciones? ¿No valora en absoluto la cortesía?

¿No podía haberse visto a sí mismo nuestro alcalde como si se llamase Leire León y un tal Javier Pajín le hubiese hecho aquel comentario? Morritos. Pena.

(Imagen: Gente en la calle; fotografía procedente de www.thetouristtravel.com)


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