Blog de Manuel Saravia

La Cañada Real Merinera atraviesa San Isidro

(Actualización del hilo 39). Hay viejos asuntos que complican extraordinariamente los trámites urbanísticos de forma casi gratuita, sin beneficio alguno. Por ejemplo, los derivados del trazado de las vías pecuarias al cruzar la ciudad, tal como se encuentra en estos momentos. De los conflictos y contradicciones derivadas de lo previsto hace siglos y la realidad de hoy.

En la Junta de Gobierno del pasado miércoles se aprobó el Proyecto de Actuación del sector SE(o) 25-02 del Paseo de San Isidro. Por supuesto, en la propuesta de ordenación ya se resolvían todos los temas relativos a volúmenes, usos, edificabilidades, trazados, etc. Y también se había resuelto el problema derivado de que en el ámbito aprobado discurre la Cañada Real Soriana o Merinera, que condiciona decisivamente lo que pudiera construirse allí, pues exige una serie de operaciones previas (largas, prolijas) de modificación de trazados, desplazamientos, contabilidades, trámites, para poder permitir lo que a todas luces parece lógico. Es decir: que la nueva alineación se ajuste a lo que está construido a un lado y otro de la parcela en que se actúa. (Abajo: imagen de la propuesta de nuevos edificios).

 

Pero… no es tan fácil. Pues como vemos en la imagen del encabezamiento, la cañada (definida por las líneas verdes) ocupa mucho más de lo que las edificaciones de uno y otro lado sugieren. Y como se ve, las edificaciones de enfrente (construcciones de varias plantas, de hace décadas) también desbordan los límites de la cañada (el ámbito amarillo). Podemos ver la situación dibujando (línea azul) la parcela en que se actúa dentro del viejo plano de deslinde de vías pecuarias de los años 1946-49. La cañada (ahora definida con línea roja) tiene una anchura de 90 varas (es decir: algo más de 75 m). (Abajo: vías pecuarias que atraviesan la ciudad de Valladolid. Fuente: Junta de Castilla y León).

  

Porque la red de vías pecuarias que entra en las ciudades, al cabo del tiempo resulta enormemente problemática. En la Avenida de Soria, como decimos, está la línea de edificación que se viene respetando en las últimas edificaciones (desde hace dos o tres décadas), la de los edificios que se construyeron hace 50 años, y, con mucha más anchura, desbordando las anteriores, la línea de la cañada. Es un conflicto que también se da en muchas otras zonas de la ciudad. Y en muchas otras ciudades. Aquí, por ejemplo, en el Camino Viejo de Simancas, en la carretera de Santovenia o en Puente Duero. Pero también, sin ir más lejos, en el Paseo de Zorrilla.

Es necesario considerar todo el sistema de vías pecuarias que atraviesa la ciudad, y encontrar fórmulas legales que permitan atenuar, u ordenar, su afección. Es decir: que sin merma de la funcionalidad de tales vías, ni de la superficie implicada, pueda replantearse el conjunto de vías para que no haya que actuar resolviendo una a una las contradicciones de cada caso. Confiamos en que pronto podamos ver los resultados de un trabajo muy complejo que se viene llevando a cabo desde hace años por las administraciones regional y municipal.

(Imágenes procedentes del expediente 33143/20).


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