Blog de Manuel Saravia

Pobres relaciones con el Ayuntamiento

Notas de la reunión con las asociaciones del Barrio Belén y de Pilarica de Valladolid

Con una participación muy numerosa de las directivas de las asociaciones de vecinos de Belén y Pilarica (Mª Luisa, Demetrio, Mª Jesús, Jesús, Isaac, Vegui, Fernando, Alfonso, José Antonio y muchos más), se celebró en la sede de la primera una reunión con algunos representantes de IU Valladolid, para conocer la posición de ambas asociaciones sobre la actualidad de la ciudad y las reclamaciones de estos dos barrios del nordeste vallisoletano.Como sabemos, se trata de dos asociaciones de larga trayectoria en la ciudad, y con una actividad extraordinaria. Cada una de ellas cuenta con revistas periódicas y con una publicación de la historia del barrio (Pilarica. Un barrio de Valladolid con historia; e Historia del Barrio Belén). El enfoque que se dio a la reunión fue singular, pues más que plantear reivindicaciones concretas se planteó, sobre todo, el problema de las relaciones entre asociaciones y Ayuntamiento, y la complicada suerte de la participación vecinal. Reseñamos a continuación las notas recogidas entonces de forma conjunta, sin indicar el autor de cada comentario.

1. Las relaciones de las asociaciones con el Ayuntamiento. Lo que más se echa en falta es la organización de una buena participación, un más eficiente acercamiento del Ayuntamiento a los barrios, independientemente de la resolución de los baches que precisan reparación o de las “unidades de actuación” que quedan por acometer. El 010 es ágil y funciona, pero las estructuras de participación deben ser para otras cosas. Se comentaron varios ejemplos de cómo funciona el Ayuntamiento ante cualquier problema, por pequeño que sea: sin consultar con nadie. Según se dijo, en el Ayuntamiento no se valora que el propio debate, más allá de la solución misma, tiene interés.

Se dedica demasiado tiempo a ver cómo se organiza la relación con el Ayuntamiento en cada caso. Las asociaciones de vecinos podían colaborar más y mejor con el Ayuntamiento, funcionándose incluso por convenio, con una comunicación más fluida. Pero lo habitual es que se las considere como entidades que están enfrente, y no al lado. “Podrían ser algo así como el brazo ejecutor de la Concejalía de Participación”. Pero con frecuencia las relaciones se reducen a la conocida frase: “Pasadme una lista con las demandas”. En resumen: “Es un modelo de funcionamiento realmente cansino”. Y peor aún: a veces da la impresión de que se está entrando en la dinámica de provocar, como sucedió, por ejemplo, en las últimas fiestas de Pilarica, donde hubo problemas para utilizar el Centro Cívico. Algo que no había sucedido nunca hasta ahora. El nuevo Plan de Emigración, por ejemplo, que “está muy bien, pero sin coordinación” con lo barrios. Y así las cosas, “no sé para qué sirve”, dice un vecino. Ese plan “es teórico – dice otro-. Tiene que tener una base social, una conexión”.

2. El lugar de los programas sociales. Se comentó que, en general, lo que más piden las asociaciones está relacionado con el arreglo de las calles, y cosas parecidas. Y pocas veces se centran en demandar más programas sociales. En esta zona se tiene buena relación con los Ceas, aunque, según dicen, no es lo normal: estos centros ven, con frecuencia, a las asociaciones vecinales como un rival. En cualquier caso aquí “se ha venido de una experiencia positiva”. Se creó una comisión de seguimiento de los realojos, y se estabilizaron algunas problemáticas surgidas, por ejemplo, en la Plaza de las Nieves. Pero actualmente “tenemos muy poca capacidad de movilización en estos aspectos”. Y peor aún: en los temas sociales se tiene la impresión de que ha habido requerimientos, a los trabajadores municipales, instándoles a no pasar información a los movimientos sociales, a la Federación de Vecinos, a determinadas asociaciones críticas con el Ayuntamiento y a los partidos de la oposición.

Se comenta que en Pilarica, donde “desde hace un montón de años la inversión es cero”, los vecinos “aceptan mejor que se arreglen calles a que se contraten un par de animadores sociales para familias problemáticas”. Volver a dar importancia a estos temas “es un trabajo que tenemos que hacer los movimientos sociales”. No es fácil. Pues si demandas una farola y se consigue poner, se acabó el problema. Pero en las cuestiones sociales las cosas no son tan fáciles. “Aquí hay un problema con la gente que tiene de 17 a 22 años, que están muy inactivos y es difícil que entren en el cauce de la participación o de trabajar en asuntos sociales”.

3. Lugares problemáticos. Hay que hablar del tema del soterramiento de las vías. Pues está sirviendo de excusa para no hacer nada. No se interviene, porque –se argumenta desde el Ayuntamiento- cuando se lleve a cabo el soterramiento todo se solucionará. Habría, sin embargo, que solucionar los problemas más inmediatos sin demora. Además, existen lugares “absolutamente degradados” en los que “no se hace absolutamente nada”. Tal es el caso de la “Plaza de Encuentro de los Pueblos”. Se trata de un espacio de “propiedad privada y uso público”, donde la Administración se desentiende y dice que lo que allí pase es un problema de los vecinos. La Asociación pide la remodelación urgente de la plaza, ya que en estos momentos ese espacio “sólo se usa para el trapicheo”. Y también surge el tema de la limpieza. El Ayuntamiento, al parecer, no hace más que recibir premios. Pero esa no es la sensación que tienen los vecinos al ver esta plaza, donde tampoco hay ninguna zona de juego para los niños. La referencia de lo que podría hacerse es lo que se ha hecho en “la zona cubierta del antiguo Mercado Central”.

4. Áreas de crecimiento. En Pilarica se plantea, como cuestión específica, la relación con las nuevas áreas, con los nuevos vecinos de Los Santos-Pilarica. Los vecinos no lo consideran un barrio específico, sino un espacio nuevo del barrio de Pilarica. De hecho recuerdan que fueron los propios vecinos de Pilarica quienes, en su día, instaron al Ayuntamiento a que clasificase como suelo urbanizable esa zona de huertas próxima a su barrio. Buena parte de los nuevos vecinos de Los Santos se agruparon en una asociación de afectados creada a propósito de los problemas que surgieron con las viviendas protegidas. La Asociación de Pilarica les ofreció integrarse. Pero hasta ahora funcionan con autonomía, y en ocasiones plantean propuestas que se separan de las que defiende la Asociación de Vecinos de Pilarica.

Por ejemplo, respecto a las parcelas rotacionales. La Asociación de afectados propone que se construyan colegios (de primaria y secundaria). Pero la Asociación de Vecinos entiende que ése no sería el destino más adecuado para las parcelas disponibles. Pues de hecho ya existen colegios en las proximidades que están subocupados. Comentan que se precisaría un nuevo centro cívico, más amplio que el actual, que “se ha quedado pequeño”. También hablan de que se había planteado un centro de atención primaria.

5. Nuevos equipamientos. Por un lado tenemos que considerar el interés de utilizar más intensamente las instalaciones existentes. Si bien debe quedar claro que no consiste únicamente en “que se abra todo”, sino que si se abren, por ejemplo, los colegios por la tarde “hay que generar también algo de responsabilidad”. También se habló de los locales cívicos y de las asociaciones. En Belén no reclaman ningún centro cívico. “A estos barrios pequeños nos basta con locales como el que ahora tenemos”, donde pueden ir programando sus actividades. Es cierto que están en precario (como le sucede a la mayor parte de las asociaciones), y que se encuentran siempre bajo la amenaza de expulsión. Pero se organizan bien. En Pilarica se habló de cómo podrían rehabilitar el local con que cuentan.

6. La actitud de los jóvenes. Las posiciones respecto a las fiestas divergen. En Pilarica se siguen haciendo, porque tienen gran tradición y arraigo. Pero en Belén han planteado no hacer fiestas “por la enorme responsabilidad civil que recae sobre la Junta directiva de la Asociación de Vecinos”. Plantean que Participación Ciudadana asumiese un seguro de responsabilidad. Y también cuentan que les parece exageradísima la cantidad de documentos que hay que hacer para llevar a cabo simplemente una verbena. Además –continúan- no merece la pena gastarse tanto dinero en una verbena para que luego vaya muy poca gente. Mejor pensar en otro tipo de actividades. En general se derrocha demasiado en las fiestas. “Cualquier fin de semana que hace Belén Joven tiene más sentido que las fiestas”.

Y se hace inevitable hablar del botellón. Se recuerdan los problemas habidos en el barrio de Belén con la organización de los últimos botellones. “Es un tema social complicado”. Además, si se ponen policías para que lo impidan en un sitio, se van a otro y lo que se hace es trasladar el problema, no solucionarlo. Los jóvenes cuentan “con gran capacidad de convocatoria para estas cosas”. Pero los efectos son múltiples: suciedad, molestias de todo tipo a los vecinos, costes. Un vecino comenta que muchas veces se parte de la base “de un concepto de lo público que no me vale. Si se mancha o deteriora una zona, ¿quién la limpia luego?”. Pero el tema está muy extendido: “hasta los más concienciados participan en el botellón”.

El debate también debe dirigirse a que “si se bebe en los bares, no pasa nada; pero en el césped sí”. Y se advirtió de la contradicción que supone la semana de ferias (cuando todo está permitido) respecto a las demás semanas. Se habló también críticamente del funcionamiento de Vallanoche, porque tiene que tener continuidad para que funcione. “Dos meses no valen para nada”. El problema “es el día siguiente: cristales rotos, suciedad, orines…” Incluso –se dijo- “hay un mercado de segunda mano de botellón”. Pero lo cierto es que no hay políticas de juventud. La gente empieza a salir, por sistema, los jueves y vuelven a las 9 de la mañana. Otros muchos se pasan el día “recluidos delante del ordenador”. Pero hay un problema social: en la calle están los que tienen menos recursos. Pero hay también, desde luego, “un problema generacional” para entender la situación de los jóvenes y para pensar qué hacer.

(Imagen: Mural de Belén. Foto: MS).


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