Blog de Manuel Saravia

Procesiones en la noche y en soledad

Para una propuesta imaginativa que hace el PP de Valladolid, van las cofradías y se la tumban. Sin miramientos. Son “entelequias”. Se trata de una propuesta “extraña y forzada”. “Absurda”. “Fuera de lugar”. Parece que se quiere hacer “a escondidas”. “Carece de sentido”. Es “ilógica”. Y llevarla adelante (atención) “sería hacer el ridículo”. Más aún: quien defiende la propuesta (una sola cofradía, de 20) tampoco parece muy entusiasta: “Es mejor que no hacer nada”. Pues vaya éxito.

Sin embargo, el índice de su fragilidad política no está tanto, según creo, en haberlo propuesto sin el aval de quienes se supone que eran los inspiradores. Sino en su retirada inmediata, a primera hora de la mañana siguiente a la noche en que se hicieron públicas las opiniones de los presidentes, hermanos mayores o alcaldes de las distintas cofradías, en el digital Tribuna. Caer ante el primer desaire, sin mantener o defender una propuesta en la que se suponía que creían. Y hacerlo, además, sin dar ninguna explicación a los grupos municipales, a quienes se presentó para el próximo Pleno (una noticia que, por cierto, salió publicada a tres columnas en los principales diarios y que hoy sábado, salvo en Tribuna, ninguno de ellos informa de su retirada). Como digo, al plantear la “enmienda de supresión”, ninguna excusa se da.

Es verdad que el invento no tenía ninguna posibilidad de salir adelante. Pero no tanto por los recelos de unas hermandades que al parecer no ven valor alguno en procesionar sin público (creo que solo una de ellas, la de los nazarenos, entiende que “la manifestación de fe en una procesión la hacemos los cofrades, no la gente que lo está viendo”). Para la inmensa mayoría de las cofradías el espectáculo, el turismo y la fe parece que van indisociablemente juntos. Y que no sobrevive el uno sin el otro o la otra. O sea, que no decaería por los recelos piadosos (de hecho, Argüello ha animado públicamente a la creatividad), sino por las medidas sanitarias, el toque de queda. Pues no se iba a admitir eludirlo con argumentos religiosos. Eso estaba cantado.

Pero vaya por Dios. Fíjate. Nada hay como la religión, la fe, la imaginería, el barroco, las procesiones, la angustia de estos días…. para excitar a la imaginación. Ahí podrían llegar en nuestro auxilio, los poetas. “Vienen y van las procesiones, los que marchan, formulando preguntas” (Sandburg). También nos excitaría la soledad. Y la noche. “Noche y soledad. Palpita el verbo” (José Ángel Valente). Sería, creo, con un poco de tono, de nervio, de convicción, tan fácil… Y el PP, sin embargo, se rinde a las primeras de cambio. Definitivamente, están fatal.

(Imagen: la plaza de la Fuente Dorada, de noche. Procedente de visitarvalladolid.com).


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