Blog de Manuel Saravia

¿Puede haber alguien más simpático?

No es fácil encontrar una sonrisa más sencilla, franca y cordial. Qué maja. Es Naruto, una macaca negra de Indonesia. Y la foto, según dicen, se la hizo ella misma. Ella fue quien apretó el botón y nos dejó este bonito selfie, que provocó un gran debate (lo que hay que ver) sobre los derechos de autor. Precisamente el último libro de Luis Vives-Ferrándiz (La cultura visual en tiempos digitales y posthumanos, Sans Soleil Ed., 2022) dedica, a partir de esta anécdota, un interesantísimo capítulo al automatismo del medio fotográfico y la “creatividad no humana”. Pero también trata muchos otros temas de la cultura visual.

El arranque es espectacular. “¿Puede una reina protagonizar un desfile sin que su cuerpo esté físicamente allí?, ¿podemos volver a tocar y hablar con seres queridos fallecidos?, ¿puede un dinosaurio intervenir en la asamblea de la ONU y pronunciar un discurso sobre el cambio climático? La respuesta a todas estas preguntas es sí. Y todo es posible gracias a las imágenes. Aunque puedan parecer preguntas más propias de la ciencia ficción, todas estas situaciones se han producido en los últimos años”.

Estamos en un punto en el que nadie puede poner en duda el incremento de lo digital y lo virtual, ni sus potencialidades (y riesgos). Las reuniones para informar y deliberar sobre estos asuntos se multiplican. El pasado 21 de marzo la CEOE Valladolid organizó un encuentro en el que se trataba, precisamente, de las plataformas del Metaverso y sus posibilidades para el negocio de las empresas, tratamientos psicológicos o fomento del turismo, entre otros campos. Y en las últimas semanas, se han mantenido varias reuniones en el Ayuntamiento para abordar el despliegue del 5G, por el que las operadoras empujan y es necesario controlar desde las administraciones. De manera que, como se decía más arriba, es un tema que está muy vivo.

Por simplificar, y ciñéndome a uno solo de los términos del debate: con el Metaverso se quiere construir un mundo paralelo al existente que nos permita algo así como una vida mejor (la definición de Wikipedia es alucinante, complicadísima, pero creo que no se puede sintetizar mejor). En él, en ese mundo paralelo, “se dibujan” ciudades igualmente semejantes a cada ciudad real. Y, de hecho, en Valladolid ya se ha creado hace poco “el gemelo digital de la plaza Mayor”. Por ahí se empieza.

En este (inquietante) contexto cultural hay algunas cosas claras. Pues parece, por ejemplo, que las imágenes, lo visual, van a seguir dominando, quizá más aún que hasta ahora, nuestra existencia. Y por ello “es urgente que contemos con herramientas críticas que nos permitan entenderlas y cuestionar sus usos, funciones y significados”, como señala Vives-Ferrándiz.

Como ventajas de los nuevos tiempos digitales, se alude no solo a los asuntos comentados en la reunión de la CEOE, sino muchas cosas más: el automóvil autónomo (lo más fácil), la formación de comunidades virtuales (pero enormemente efectivas: miramos más al móvil que a la persona de enfrente), o incluso la toma de decisiones “correctas” (en la actualidad, por ejemplo, ya nos fiamos más de lo que nos dice Netflix, que conoce nuestros gustos, para elegir una serie; o de Google Maps para girar a la derecha o a la izquierda, que de nuestras capacidades).

Como riesgos, me quedo, por simplificar también, con dos de los que señala Y. N. Harari (en 21 lecciones para el siglo XXI, Debate, 2018). Uno, el olvido del cuerpo: “Facebook y los demás gigantes en línea suelen considerar que los humanos son animales audiovisuales: un par de ojos y un par de oídos conectados a diez dedos, una pantalla y una tarjeta de crédito”. Pero no deberíamos olvidar “que los humanos tienen cuerpo”. Y dos, la propiedad de los datos. “Lo mejor que podemos hacer es recurrir a nuestros abogados, políticos, filósofos e incluso poetas para que se centren en este misterio: ¿Cómo regulamos la propiedad de los datos? Podría muy bien ser que esta fuera la pregunta más importante de nuestra era” (que afecta a la justicia, la igualdad, los derechos o la explotación).

Termino. Es conocida esta maldición: “¡Que vivas tiempos interesantes!”. Pues efectivamente nos han tocado tiempos interesantes, está claro. Entre tanto, y antes de seguir a vueltas con la metafísica del metaverso (antes incluso de entrar en el, más metafísico aún, debate “antiespecista”), sugiero volver a mirar arriba y agradecer la sonrisa de Naruto… y el selfie que nos dejó.

(Imagen: procedente de es.wikipedia.org/wiki/Autorretratos_de_la_macaca).

 


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