Blog de Manuel Saravia

Quién quiere una medalla al trabajo

Es una extraña medalla. Pero ya que se da, hágase bien. Diríjase a personas que sean representativas de quienes trabajan día y noche con (mucho) esfuerzo y sin (ningún) reconocimiento. Y evítese darla a quienes ya están recompensados por el éxito, el reconocimiento social, la vida buena. Y por encima de todo evítese darla a quienes ya tienen más y más medallas. Evítese la concentración de premios y medallas en las mismas personas. ¿No es algo elemental esto que decimos?

En el pasado Pleno municipal de Valladolid del 7 de febrero se presentó una propuesta curiosa. Se proponía que el Ayuntamiento apoyase la petición de la medalla de oro “al Mérito en el Trabajo” para Vicente Garrido Capa. Recordemos que se trata de una medalla, ya lo hemos dicho antes, extrañísima, que se concede fundamentalmente a triunfadores. Es verdad que en el Reglamento se dice otorgar al “mérito de una conducta útil y ejemplar en el desempeño de cualquier trabajo, profesión o servicio habitualmente ejercido; o en compensación de daños y sufrimientos padecidos en el cumplimiento de ese deber profesional”. Mérito en el trabajo, no triunfo. Y la ejemplaridad estará, se supone, en la dedicación y cuidado en ese mismo trabajo, no en el éxito de la empresa. Pero suele ser algo diferente.

En los últimos años se ha concedido mayoritariamente a gente ya reconocida. Han recibido la medalla, por ejemplo, la escritora Esther Tusquets, la cineasta Josefina Molina, “considerada como una de las grandes guionistas”, el Dúo Dinámico, Labordeta, Lizardo Martel (ex director general de Ahemón), José Antolin (fundador del Grupo Antolin), Ricardo Fornesa (presidente de Criteria y de CaiFor), Tomás Notario (ex alcalde de Lugo), Marcelo Frías (presidente de honor de Bodegas Riojanas); Lola Herrera, el empresario Alfredo Molina (uno de los creadores de la Fundación CEOE), José Antonio González Morales (creador de la empresa Vipren, “que abrió el campo a la elaboración de prefabricados de hormigón, convirtiéndose en modelo a seguir”); el constructor José Calderón (que “realiza obras de carácter civil en el ámbito rural y urbano por toda la geografía española”), el médico Marcos Gómez Sancho (quien “publica libros, dirige cursos y coordina la edición del manual `Cuidados paliativos: control de síntomas´, que constituyó el primer texto escrito en España sobre esta materia”). Y así la mayoría (no todos, pero sí la mayoría).

En la intervención en el Pleno muncipal, y en relación con la propuesta de medalla a Garrido Capa, desde IU dijimos que “de tener que elegir alguna persona para conceder nada menos que una medalla al trabajo, no es quien se nos propone hoy el tipo de persona que buscaríamos. Hay gente mucho menos conocida que en nuestra opinión son muy merecedores de una distinción semejante, y que ni siquiera entran en las quinielas. No siempre hay que jugar con los nombres conocidos a los que ya bastante bien ha tratado la sociedad”. Habrá novedades.

(Foto: Rocío Carrasco y Ortega Cano recogiendo la medalla al trabajo concedida a Rocío Jurado en 2007. Entrega Jesús Caldera. Imagen procedente de sevillapress.com).

 


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