Blog de Manuel Saravia

Una carta, un enfado

El Alcalde de Valladolid se ha molestado con el firmante de este blog. «Monumental enfado», han dicho en la Cadena Ser, porque la carta que ayer le remitimos también se la entregamos al PSOE y a los medios de comunicación a los pocos minutos. Por supuesto, la carta no es personal ni nada parecido. Y lo que se expone en ella tiene, en nuestro criterio, interés público. De ahí que la reproduzcamos a continuación. Pero en cualquier caso nos sorprende la piel tan fina de un personaje que se supone tan curtido. No se enfade, hombre.

 D. FRANCISCO JAVIER LEÓN DE LA RIVA,  ALCALDE DEL AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID

 Estimado Compañero:

Ante la petición de consenso que me has expresado, respecto a la posible supresión de la comisión informativa de Medio Ambiente, quiero transmitirte como portavoz de mi Grupo Municipal que, en primer lugar, agradecemos la consulta sobre la supresión planteada. En nuestra opinión se trata de una buena práctica que esperamos se repita con frecuencia a lo largo del presente mandato. Pero nos sorprende, no obstante, que la consulta se haya limitado a un aspecto muy parcial de la organización, cuando nada se ha consensuado sobre el resto de la organización del trabajo municipal. De ahí que nos parezca oportuno hacerte llegar las siguientes consideraciones.

. Debería reducirse, por razones de austeridad y funcionalidad, el número de concejalías delegadas, con dedicación exclusiva, a cinco (o como máximo seis, desdoblando una de ellas). Concejalías y las Áreas correspondientes que tuviesen mayor claridad en su definición y reparto de competencias, en beneficio de una gestión más ordenada: Acción Social, Cultura, Urbanismo, Economía y Hacienda y Organización y Seguridad. Aparte estarían las concejalías con atribuciones especiales sobre temas específicos (Izquierda Unida, por ejemplo, siempre ha defendido una Concejalía de la Mujer), pero de carácter transversal y sin dedicaciones exclusivas.

2º. Es importante, al definir esta estructura, mantener la unidad de cada una de las políticas (por poner un caso concreto: la política de educación debería gestionarse conjuntamente, con una única dirección política, y no repartida en diferentes concejalías), y dando prioridad, en cada uno de los temas, al área más significativa de las que le afecten (pongamos otro ejemplo: la política de deportes tiene que ver con economía –todas las políticas de todos los temas tienen que ver con economía-, salud, urbanismo, etc., pero donde debería estar, en nuestra opinión, es en educación). Por último, las comisiones informativas y la organización de los consejos deberían tener, a su vez, una buena correspondencia con las áreas y concejalías. Y en este contexto es donde debería verse la conveniencia o inconveniencia de la propuesta que me has planteado.

3º. Una buena organización, sencilla, austera y funcional, y fácilmente comprensible, es fundamental tanto para el buen gobierno como para el buen control público. Y mucho nos tememos que, aunque se observan algunas mejoras respecto al planteamiento caótico del mandato anterior, hay que seguir considerando la nueva organización como una oportunidad perdida de racionalizar el funcionamiento municipal, desaprovechando la oportunidad de crear una buena estructura interna de gobierno y administración, sin asumir tampoco un ahorro suficiente de recursos públicos. Al no aplicar criterios de buena gestión, se dispersan competencias en función de intereses personales. En concreto:

Los asuntos de urbanismo los llevará Cristina Vidal, excepto parques (J. Enríquez), patrimonio histórico (M. Cantalapiedra) y movilidad (M. Sánchez). Un urbanismo que no trata de parques, movilidad o patrimonio no invita a una buena política ni a una buena gestión.

Educación está en Cultura, pero parte se va a la concejalía de D. Fernández (música y bibliotecas), a la de R. Hernández (escuelas infantiles, educación de adultos y absentismo) y a la de A. Blanco (deportes).

Las políticas de desarrollo económico las lleva el responsable de Hacienda, pero si se trata de “desarrollo sostenible” será el de Presidencia. La atención a los ciudadanos está en manos de D. Fernández, pero si ese ciudadano es contribuyente le atiende A. Blanco. La coordinación depende de varias personas: si es “interna” lo lleva F. Rubio, pero si es “territorial” depende de J. Enríquez, mientras que si se trata de “organización”, a palo seco, recae la responsabilidad en A. Blanco. Los bienes se gestionan en Hacienda, pero si se trata de los “patrimonios municipales” lo gestionará M. Sánchez. Etc., etc.

En resumen, desde Izquierda Unida creemos que no se aprecia el suficiente esfuerzo por organizar lógicamente, con vistas a la mejor gestión, la estructura de funcionamiento municipal, y esperamos tengáis en cuenta nuestras propuestas.

Un cordial saludo.

(Imagen procedente de El Norte de Castilla).


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