Blog de Manuel Saravia

A vueltas con los jarrones chinos

Tampoco en esto tenía razón Felipe González. En una de sus frases más celebradas (originariamente de Frei) aseguraba que los expresidentes son como los jarrones chinos. Algo muy valioso, pero que no sabes nunca dónde ponerlos para que no estorben. Sin embargo, acabo de ver un jarrón chino en Wallapop que cuesta 8 euros. Ni uno más ni uno menos. Es verdad que 8 euros son 8 euros. Y que una cosa es el valor y otra el precio. Es cierto, además, que es de segunda mano. Pero los expresidentes también, de alguna forma, ya están usados. No sé, no veo tan claro como Felipe González que sean siempre tan valiosos.

Podemos revisar, por ejemplo, de qué van algunos expresidentes (y expresidentas, por supuesto). Al margen de los que siguen en activo, detrás de una segunda vida (pública, presidencial, por supuesto: Trump, Berlusconi, Boris Johnson…), podemos recordar a los americanos Carter, Clinton, Obama: discursos, colaboración en causas humanitarias y, cuando se tercia, intervenciones políticas. Angela Merkel: por ahora, mucho más discreta. En España, Aznar y González se han caracterizado por criticar, pública y ácidamente, a los presidentes posteriores de su mismo partido siempre que han podido. Rajoy o Zapatero mantienen posiciones mucho menos arrogantes. Como Herrera en la política regional. Aunque eso sí: ninguno en esto como Leguina, madre mía.

Seguramente no es fácil ser jarrón. Nadie nace para ser jarrón. Y menos, todavía, en el caso de los exvicepresidentes. No sé. Parece que resulta aún más difícil saber estar.

(Imagen: Jarrón chino de la dinastía Ming, que se usaba para contener alcohol. Imagen procedente de wikipedia.org).


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