Blog de Manuel Saravia

Ascensor

En los últimos años se ha llevado a cabo la instalación de un ascensor en la torre sur de la Catedral de Valladolid, que presumiblemente se abrirá al público el próximo martes 17 de marzo de 2015, al módico precio de 5 euros por cuerpo ascendente (y descendente). Su construcción ha estado envuelta en la polémica, porque no se entiende que ese gasto (en su mayor parte procedente de fondos municipales) fuese ahora una prioridad. El alcalde ha dicho que los fondos con que se ha financiado esa obra no se podían destinar a otra cosa. Pero, obviamente, mucha gente no le ha creído. Con razón.

Los ascensores urbanos han estado de moda hasta hace unos años. Y no está de más citar algunos de los elevadores históricos más espectaculares. Por ejemplo el ascensor de Santa Justa en Lisboa, que se construyó en 1902 para salvar un desnivel de 45 m. y enlazar la Baixa con el Barrio Alto. O el más antiguo “elevador Lacerda”, de Salvador de Bahía, que también comunica la ciudad baja con la alta, salvando en este caso 72 m. (fue construido entre 1869 y 1873). O el de Valparaíso. O los más recientes de Sagunto, Madrid, País Vasco o Navarra, entre muchos más en distintas ciudades. En general se han instalado para mejorar el confort cotidiano de algunos barrios, o para promover una accesibilidad sin barreras.

¿Cómo podría describirse el ascensor de la catedral? Pues, por ejemplo, así: “No salva ningún desnivel, no comunica distintas zonas urbanas, no facilita el acceso a ninguna parte alta o baja de la ciudad, no tiene ningún sentido urbanístico, y ha sido ampliamente rechazado por la población”. La Junta se ha desmarcado y el propio Vicario del Arzobispado admitió la posibilidad de reconsiderar el proyecto. Los únicos que se han empeñado hasta el final en la obra han sido León de la Riva y Cantalapiedra. De manera que bien podrían aplicarse aquí también las intenciones que Cernuda creía ver en algunas torres: que se habían levantado movidas “por ambiciones o por nubes”. No por las necesidades de la gente.


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