Blog de Manuel Saravia

Los mendigos, otra vez a la palestra

Gallardón y León de la Riva, mano a mano

Estas son las declaraciones de Gallardón: “Tenemos que aprobar una ley estatal, en la que se establezca claramente que cuando existen recursos públicos gratuitos y suficientes, para que esas personas (los indigentes) no tengan necesidad de estar utilizando la vía pública como espacio de residencia no sea potestativo de ellas, sino que sea obligatorio abandonar la vía pública». Eso es exactamente lo que dijo, como puede comprobarse en este enlace (realmente es aún peor oírle directamente que leerlo; vaya con el moderado y moderno del PP). O sea: 1º. Somos liberales para todos y todo, menos para los mendigos. Vaya por dios. 2º. El espacio público es de todos, es donde nadie tiene que pedir permiso para estar… excepto los mendigos. Qué contrariedad.

La formulación anterior no deja lugar a muchas dudas. La dignidad (pues luego, después de las críticas recibidas, dijo que lo había planteado para salvaguardar la dignidad de los mendigos), la dignidad, repito, no sale por ningún lado, y lo que queda muy claro es el “no sea potestativo de ellos” y el “abandonar la vía pública”. Clarísimo.

Si se trata un grupo de jóvenes, que después de una noche de juerga se quedan dormidos en la calle o en el parque, ¿también los llevamos al albergue (por su dignidad, naturalmente)? Además resulta candoroso lo de “gratuitos”. Atención: Gallardón no pretende cobrarles el albergue. Es un santo. ¿Y qué tal si los ponemos en órbita?

A la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón (del PP) le «cuesta trabajo entender» la propuesta de Ruiz Gallardón. Pero León de la Riva (Valladolid, PP) no tiene problemas en “solidarizarse” con el alcalde de Madrid sobre esa propuesta de “elaborar una ley que regule la mendicidad” (vemos, eso sí, que se va ampliando progresivamente el temario). No se trata –dice- “de limpiar las calles de pobres”, pero «algo habrá que hacer». Vale, totalmente de acuerdo. Casi siempre “algo habrá que hacer” en casi todo.

Pero lo primero, supongo, será informarse. Veamos con qué datos trabaja el alcalde de Valladolid para “hacer algo”. Según la agencia que ha recogido sus declaraciones, León de la Riva dijo que “los hechos corroboran (que) lamentablemente muchos de los mendigos que hay en la calle están sometidos a mafias que les quitan la mitad de la recaudación, y que si no recaudan lo que deben tienen problemas». De lo que se deriva que «algo hay que hacer en ese sentido». Y de lo que podemos suponer (no olvidemos que estaba defendiendo la propuesta de Gallardón) que si van al albergue se acabaron esas mafias que dice conocer. Vaya manera de plantear las cosas y defender lo indefendible. Y, por cierto, se trata de una información parcialísima e incompleta, por lo que conocemos, de la realidad de la gente que vive en la calle.

Quizá no estuviese mal recordar a ambos alcaldes lo que se publicó en California (por Christopher Alexander y otros) hace ya treinta años, sobre la gente que duerme en la calle: “La verdadera marca del éxito de un parque, un soportal o un pasaje público es que la gente pueda llegar allí y quedarse dormido”. Es cierto: así debe ser y así realmente es… en determinadas circunstancias. Pero sigamos con Alexander: “Si (alguien) no tiene a dónde ir, nosotros, los habitantes de la ciudad, deberíamos alegrarnos de que al menos pudiese dormir en los bancos y las vías públicas; y lo mismo podría suceder con alguien que sí tuviera dónde ir pero que simplemente le apeteciera dar una cabezada en la calle”. Sin embargo es frecuente discriminar los comportamientos en función del aspecto, del supuesto nivel social. Lo que se tolera de buen grado a los turistas se rechaza a los indigentes.

(Imagen procedente de unamiradahaciajapon.blogspot.com)


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