Blog de Manuel Saravia

Un nuevo centro integrado de equipamiento en Las Catalinas

(Hilo 19)

Hoy mismo se puede leer que las doce religiosas de las Dominicas Reales de Medina del Campo han decidido cerrar el convento y trasladarse al monasterio de La Piedad, en Casalarreina (La Rioja). No es una noticia extraña. Como tampoco que las administraciones públicas se preocupen por reutilizar esos edificios abandonados para usos dotacionales públicos. Y así, por ejemplo, en este mismo año se ha publicado, en relación con el convento de Sta. Clara, Pontevedra, adquirido en 2020 por el Concello, lo siguiente: “Todas las previsiones municipales apuntan a usar este espacio para uso público. Queda por delante determinar cómo se realizará el acceso a la huerta y el futuro destino de los edificios”. La voluntad es su destino dotacional y público.

En Valladolid, el pasado 21 de noviembre de 2018 la Junta de Gobierno local, después de largas negociaciones aprobó la adquisición del convento de Santa Catalina de Siena (“las Catalinas”). Era una parcela sobre la que se había planteado en muchas ocasiones la conveniencia de que pasase a manos municipales. Se habló de construir en ella un parador. Y se vinculó al posible Campus de la Justicia, en varias ocasiones. Pero finalmente serán varios usos públicos (en su gran mayoría), integrados.

El inmueble está situado en el nº 6 de la calle Sto. Domingo de Guzmán. La superficie de la parcela es de 10.438 m2. La construida: 6.230 m2. Y todo el conjunto fue declarado BIC el 19 de diciembre de 1979 (RI-51-0004385). Revisemos, para empezar, algunos datos históricos. La fecha de construcción inicial, de las primeras casas: 1488, aunque la iglesia es del siglo XVII. Estuvo habitado (en clausura) hasta 2009, cuando las últimas religiosas se trasladaron, primero al monasterio de dominicas del Corpus Christi en el Prado de la Magdalena; y después al Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación de Salamanca.

Vayamos atrás (de la mano de este libro de Fray Cándido Aniz Iriarte, O.P., 500 años de fidelidad, editado con motivo del 500 aniversario de la fundación del convento, Editorial OPE, Caleruega, Burgos, 1988). Desde que se compraron, entre 1471 y 1481, tres piezas en las cercanías de San Pablo: unas casas, un corral (propiedad del Cabildo de Sta. María la Mayor) y un solar (del convento de San Pablo). ¿Por qué se pusieron los ojos en el cuadrilátero de San Quirce, San Agustín, Sto. Domingo y Expósitos, asociado al centro urbano clásico? Porque gozaba de suficiente autonomía y retiro. Tenía amplitud suficiente. Y no era caro. Además había casas y huertas del obispo de León, que al parecer se hallaba en deuda con Dª Elvira, la fundadora. Luego se adquirieron casas-huerta (en 1487) “por 4000 maravedises”. Con bodegas, lagar, pozo y corrales. Y otro lote importante, como la nave de tintoreros y sus vergeles… que se aplazó hasta el año siguiente (y que se vendían con dos vergeles, dos calderas y dos tinas, y todos los pertrechos del tintorero). Con ese conjunto de casas y suelos escribió al Papa Inocencio VIII pidiendo autorización para que, continuando la obra ya iniciada, “se erija en convento con iglesia, claustro, sagrario, dormitorios, patios…” Y licencia para que Dª Elvira ejerciese como priora de la comunidad recién creada de forma vitalicia. El Papa contestó enseguida, autorizándolo. (Por cierto, en esos años se estaba erigiendo también el colegio de san Gregorio).

1. La adquisición por el Ayuntamiento. Un salto de 5 siglos. De la Memoria municipal para la compra se puede leer que se propone la adquisición por las siguientes razones: 1. Forma parte de un conjunto histórico que se pretende configurar como uno de los principales atractivos de la ciudad. 2. Ofrece la posibilidad de ubicar equipamientos públicos en la zona centro, donde hay carencias muy significativas, y dificultades de obtener suelos. 3. Permite garantizar la mejor conservación de unas edificaciones del máximo valor histórico y artístico de la ciudad. 4. También el hecho de que pase a manos públicas permitirá su mejor conocimiento por la población (un acceso antes vedado, por la clausura).

2. Descripción breve. Vayamos ahora con una mínima descripción de los elementos principales. Volvemos de nuevo atrás. En origen, según la bula de fundación (de 1488): Elvira Manrique pide construir un edificio “con capilla, campanas, cementerio, claustro, refectorio, dormitorios, huertas para diversión y hortaliza, y otras oficinas necesarias para el uso y habitación” de una priora y monjas. Y luego: “con iglesia, cementerio, sagrario (…), humilde campanario, claustro, refectorio, dormitorio, huertas para diversión y hortalizas…” Lo funda, como hemos dicho, Elvira Benavides y Manrique por encargo de su madre. Se distinguen tres épocas de construcción: finales del XV/principios de XVI, ampliaciones/reformas del XVII (iglesia y refectorio); y obras del XIX. Sus principales elementos son los siguientes:

El edificio, cuando lo adquirió el Ayuntamiento, estaba vacío de sus riquezas artísticas históricas, que Patrimonio había ido dejando extraer.

3. Trabajos realizados hasta hoy. Desde la formalización de la compra se han realizado los siguientes trabajos o tareas.

Ahora se está redactando el Plan Director por los propios servicios municipales, con el apoyo de una asistencia técnica.

4. Un campo de posibles usos. Para definir los usos conviene, según creo, atender a los 12 puntos siguientes. 1º. Mantener la unidad de toda la parcela (una pieza que costó integrarse, en los siglos XV y XVI). Evitar, por tanto, actuaciones “separatistas”, como la que se dio en 1957, con la venta de terrenos para viviendas (dando frente a la calle San Agustín). 2º. Coherencia con las posibilidades de los accesos. Que pueden ser numerosos. Hacia San Quirce, a Sto. Domingo de Guzmán, el de la Casa del Capellán, el de la iglesia (y el claustro), el del chaflán próximo al Archivo, etc. 3º. Coherencia con el juego de volúmenes. Es un espacio complejísimo. Con una intrincada relación abierto/cerrado. Los volúmenes no colmatan la parcela. Y de hecho, al ver las licencias que se dieron en 2011 para ampliar las edificaciones (municipal y de Patrimonio), ocupando parte de la huerta, da fe de las posibilidades de ampliación. (Puede verse a continuación el plano de la ampliación).

Para una primera aproximación en la distribución de usos puede servir el siguiente esquema:

4º. Ha de ser coherente con los usos asignados en otros conventos que se han reutilizado recientemente, tanto en Valladolid como en otras ciudades. (Calderonas, San Quirce, Descalzas Reales…). 5º. Áspero fuera, brillante dentro. Al convento de las Catalinas se le señalaba como “externamente desposeído de grandes atractivos”. Aunque el interior era considerado “de gran riqueza”. (Calle y cofre). Como una geoda. (Tapias a la calle y riquezas interiores).

6º. Convendría, en mi criterio, que atendiesen a esta propuesta cultural: recuperar, de alguna forma, el recorrido de las capillas. Pues, extrañamente, era un convento “salpicado de capillas arquitectónicamente bellas y bien situadas”. Los “Siete Altares”, los llamaban (como los 7 altares de San Pedro en Roma), que ya fueron, a su modo, turísticos hace siglos. (Abajo se señalan varias):

Y recordar las riquezas que tuvieron tales capillas.

7º. Atención a la necesidad de dotaciones en el centro. En el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU de 2020) se lee: “Aunque en la Unidad (del Centro de la Ciudad) existe, desde el punto de vista estrictamente cuantitativo, una notable dotación de equipamientos, en su mayoría de carácter público, desde una perspectiva cualitativa se aprecia un déficit en lo relativo a las dotaciones de escala barrio o ligadas a las necesidades cotidianas de la población residente. En relación a los equipamientos educativos, son escasos dentro del ámbito, Desde el punto el punto de vista sanitario el déficit cuantitativo es también apreciable, si bien las necesidades de los residentes son adecuadamente cubiertas por los centros de salud externos a la Unidad. Sin tener en consideración dotaciones como la Academia de Caballería (Sistema General), dentro de los Sistemas Locales existe un claro predominio de las dotaciones de tipo cultural (Sala de exposiciones de las Francesas, teatro Lope de Vega y Carrión, etc., además de las vinculadas a entidades financieras o galerías) así como de las de tipo administrativo-institucional (Correos, etc.). Esta concentración dotacional, muy marcada por su carácter direccional y de centralidad, adolece sin embargo de algunos déficit zonales –sistemas locales y servicios ‘cercanos’ a la población residente -en usos como el sanitario, deportivo o asistencial”.

8º. Prever también usos que pudieran definirse por razones de economía urbana. Por Entre ellos, el fomento del turismo. U otros usos de valor económico. Por supuesto, también la posible ampliación del Archivo. No está mal recordar algunos usos que hubo aquí: un gallinero, un taller de bordados (ajuar de novias, primero; luego prendas deportivas, hasta 1978); un taller de encuadernación; repostería (hornos para la “labor de las manos”, que en 1988 era la base económica de la comunidad). Usos dotacionales, como la “escuelita” (3 aulas escolares desde 1954; y 6 más tarde).

9º. Carácter público (manteniendo al menos el 75% de la construcción y los usos. Se ha comprado para atender a las necesidades de usos públicos del centro, como se ha dicho). 10º. Posibles usos llamativos. Manteniendo el significado de centralidad “peculiar” que siempre tuvo. Siempre fue un espacio singular. En el siglo XX se tomó como punto de referencia para una posible unión de varias comunidades de Valladolid. 11º. Mantener una amplia superficie de espacios libres. En el PGOU se dice: “Mención especial requieren los espacios libres de los conventos, que en aquella ciudad de claustros y patios de casas palaciegas, prácticamente “desaparecida”, suponen aún pequeños y valiosos oasis de gran interés, remansos de silencio y verdor, a proteger junto con las estructuras monumentales que los albergan. En un centro histórico muy denso y mineral, las plazas, pequeños jardines y recintos conventuales suponen las valiosas zonas por las que la ciudad ‘respira”. 12º. Plantear plazos previsibles. Consolidar la edificación muy pronto. E ir instalando los usos en varias fases, progresivamente.

5. Un Plan Director. Iniciado el expediente el 19 de abril de 2021, se encuentra en redacción. Debe partir de la ficha del PGOU, y del expediente de declaración como BIC. La propuesta ha de ser coherente con los valores arquitectónicos y urbanísticos del edificio. Y coherente con la historia. Para el Plan Director la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de CyL, establece que “cualquier intervención que pretenda realizarse en un inmueble declarado BIC habrá de ser autorizada por la Consejería competente en materia de cultura” (art. 36). Y ha de hacerse (art. 38) procurando el máximo estudio, respetando las “características esenciales” del bien, Y en lo referente “las intervenciones no podrán alterar los valores arquitectónicos y paisajísticos que definan el propio bien”. El objeto del Plan Director (como se dice en el PD de las Murallas de Madrigal de las Altas Torres) es triple: conocimiento, análisis y estrategias de actuación.

6. Compromiso. En los próximos meses se concluirá el Plan Director, que se presentará a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León. También se están estudiando posibles intervenciones en los principales ámbitos. Si bien no hay que obsesionarse por la definición completa de cada pieza y su financiación en estos meses. El compromiso: contar con el proyecto completo de una de las piezas y la definición del plan director.

(Imagen del encabezamiento procedente de El Norte de Castilla. El resto, del libro cit. de Fray Cándido Aniz Iriarte, y propias).

 


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