Blog de Manuel Saravia

Un parque público de viviendas disperso, discreto y suficiente

(Hilo 1)

1. Un asunto cuantitativo. Se trata de ir formando un parque público de viviendas que cubra las necesidades existentes. Es decir, que permita cumplir el derecho a la vivienda de toda la población. O sea: que el 100% de los habitantes de Valladolid puedan disponer de un rincón propio donde desarrollar su vida privada. En hogares “unipersonales” o con su familia o con otras personas con las que constituya un hogar. Decimos cuantitativo, porque lo fundamental es conseguir que todo el mundo tenga un espacio propio, un alojamiento. Hay que superar unos niveles mínimos de habitabilidad. Pero lo esencial es que haya viviendas para todos y todas.

Es cierto que el ideal sería que se entregasen “sin investigación de ingresos” (a cualquiera que las solicitase, como quería Beveridge al definir el Estado del Bienestar en 1947: “Como un derecho, con independencia de lo que aporte cada ciudadano a la riqueza común”). Pero no parece posible. Como tampoco que, en los casos más necesarios puedan entregarse de inmediato. Hay que priorizar, conforme a la baremación (social) de las solicitudes. Y otra última característica: debe ser un parque disperso (diseminado, distribuido por la ciudad), para evitar concentraciones de “viviendas sociales”. Por lo que será también, en consecuencia, discreto. Es decir, reservado, de alguna forma oculto, no evidente.

2. Viena y otras referencias. Hay múltiples ejemplos de actuaciones municipales en materia de vivienda. En España, un buen resumen (con ejemplos muy interesantes, y especialmente los premiados) pudo verse en las IV Jornadas de vivienda social, celebradas en Sevilla a finales del pasado mes de octubre. Pero la referencia indiscutible siempre ha sido la ciudad de Viena, desde hace más de un siglo, y conviene revisar una vez más sus planteamientos. Sin endiosar la situación, pero reconociendo el esfuerzo y los resultados, a años luz de casi todas las ciudades españolas.

Podemos simplemente reseñar seis o siete características de su política de vivienda. 1º. Destinar un presupuesto enorme a la vivienda. Tanto al alquiler público como a la construcción de vivienda pública y social. El último año el municipio ha dedicado casi 577 millones de euros a subsidiar el alquiler, construir y reformar viviendas sociales. Es decir: 320 euros/habitante (Londres dedica la quinta parte; pero las ciudades españolas quedan muchísimo más lejos de ese esfuerzo presupuestario). 2º. Control de precios. El Ayuntamiento de Viena impone precios máximos al alquiler desde 1917. En los últimos años oscila entre 5 y 7 euros/m2 máximo en las viviendas protegidas.

3º. Intervenir los precios con el objetivo de que nadie destine más de un 25% de sus ingresos al alquiler (en este artículo de The Guardian se cita un ejemplo: una enfermera paga 560 euros al mes por una casa de 80 m2, destinando el 18% de sus ingresos al alquiler). Para comparar: el precio medio del alquiler en Viena es de 9,9 euros/m2. Frente a los 18,6 de Madrid y los 19,3 de Barcelona. 4º. Disponer de un parque público enorme. Que sumado al de viviendas protegidas, impresiona aún más. El Ayuntamiento es el mayor propietario inmobiliario de Austria, poseyendo alrededor de 220.000 viviendas de alquiler. Una de cada cuatro viviendas de Austria es social (el segundo país europeo con mayor porcentaje, detrás de Holanda; y abrumadoramente lejos de España: aquí, el 2,5%).

5º. Destinar cerca de 200 millones de euros a reparar, mejorar y rehabilitar el amplio parque de vivienda social, construido en buena parte antes de la Segunda Guerra Mundial. 6º. Favorecer, de forma indirecta, la mezcla. Pues “el aumento de la renta familiar no implica que los habitantes de uno de estos pisos sean desalojados; lo que hace que convivan vecinos de distintas clases sociales”. 7º. Perseverancia. La política que comentamos viene de muy atrás. En los manuales de historia del urbanismo se relatan ya los casos de la denominada “Viena Roja” y los ejemplos de las Höfe. Desde entonces, sin descanso. (Abajo, varias imágenes del parque de vivienda social de Viena).

3. Dependencia de la legislación. La actuación municipal, en todo caso, depende de la legislación. En nuestro país, la vivienda es competencia de las comunidades autónomas. Y en estos momentos está en curso una nueva ley estatal (desde hace décadas no se cuenta con una ley de vivienda de ámbito nacional). Y también está en marcha un anteproyecto de ley del Derecho a la Vivienda de Castilla y León. En relación con el parque público, un debate recurrente es el de la posibilidad de expropiación para hacerse con viviendas e incrementar el parque. La práctica municipal, refrendada por la Mesa de la Vivienda, ha sido fundamentalmente la compra de viviendas usadas, vacías. Que se inscriben en la vida urbana de los barrios existentes. 

4. Lo hecho hasta ahora. El Ayuntamiento de Valladolid no fue sensible a la política social de vivienda hasta el cambio de gobierno de 2015. Hasta entonces se contaba con un parque exiguo. Pero la reorientación de la política de vivienda tomó como uno de los objetivos principales el de la ampliación del parque público de vivienda. Que actualmente se distribuye en cinco grandes áreas. 1ª. Viviendas municipales de alquiler social (denominadas “viviendas blancas”), que hoy se compone de 183 viviendas, con varias decenas más en proceso de adquisición en estos momentos (en 2015 eran 12 viviendas). 2ª. Viviendas jóvenes (actualmente se acaba de terminar un edificio de 25 viviendas; pero está en curso el desarrollo de 4 núcleos de “viviendas verdes”: vivienda joven con notable limitación de precios), que se espera sumar del orden de 150 nuevas viviendas en total. 3ª. Viviendas de propiedad privada cedidas temporalmente al Ayuntamiento para su alquiler (programa Alva: actualmente 57; previstas hasta 150). 4ª. Promociones en alquiler de viviendas de protección pública (total 138). Y 5ª. “Apartamentos provisionales”, gestionados por la Concejalía de Servicios Sociales (50 apartamentos). Por tanto, total general: 453 viviendas en el parque actual. Con todo, a pesar del incremento continuo en los últimos años, es obvio que se trata de un parque claramente insuficiente. La necesidad de viviendas blancas, por ejemplo, asciende a unas 500, y se dispone únicamente de menos de 200.

(Abajo: un plano de la ciudad donde se sitúan las viviendas blancas en distinto color en función del año de adquisición. A la derecha, cinco imágenes expresivas del debate sobre la habitabilidad: “un cuarto propio”, superficie mínima, “sol dentro”, exteriorización y espacio de terraza. Y las dos últimas imágenes corresponden a dos promociones de Viva).

5. El compromiso fundamental: la insistencia, la constancia. En los presupuestos aprobados por el Consejo de Administración de Viva (la Sociedad Municipal de Suelo y Vivienda) el pasado 5 de noviembre se establecían algunos compromisos. Aparte de lo que se dijo sobre el programa de Alva, destacaremos en este apartado del parque público los siguientes: Compra de más viviendas blancas. Construcción de viviendas verdes.

Por otra parte, parece necesario también la integración en un solo sistema de todo el parque público. Y revisar y mejorar los protocolos (hay que aprender constantemente de la experiencia). Pero sobre todo, lo fundamental (se ha dicho, y ahí está el ejemplo de Viena): la constancia. No parar. Con las ideas claras: no parar.

(Imagen: Valladolid de noche, en una imagen procedente de tribunavalladolid.com.).


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